Por Gonzalo Gonzales
Una de las interrogantes con la llegada de Ricardo Ferretti al banquillo celeste era que haría con los jugadores que ahora son conocidos como las vacas sagradas, pues llegan y llegan entrenadores diferentes y a pesar de tener pésimas temporadas ellos siguen ahí jugando y siendo titulares, algo que ya cansó a la afición.
Joaquín Moreno y su pequeño interinato fue aplaudido por sentar a esos jugadores que se creen intocables. Rafael Baca, sin dudas, es el más detestado por la afición y esperan que en el verano se puedan deshacer de él finalmente, ya que consideran su ciclo debió terminar mucho antes, al menos tres años atrás.
Julio César Domínguez es otro que se ha ganado el odio común de la grada, quien a diferencia de Baca, si suele responder a los insultos o criticas, no siendo siempre de buena manera y enfadando aún más a los fanáticos. Esa práctica no es muy recomendable para un futbolista que puede llegar a meterse en serios problemas.
Después de un partido negro para la ‘Máquina’ donde no lograron jugar ni desplegar su mejor versión, la prensa comenzaba a pensar cuándo sería que se notaría la mano del ‘Tuca’ en el equipo y comenzara a desplegar el fútbol que a él le gusta, esa respuesta se encontró al siguiente partido, frente a los Pumas.
Un primer tiempo para el olvido por parte de ambas escuadras, pero algo pasó en los vestidores que los jugadores celestes salieron a comerse al rival y se notaba en la cancha, desde la defensiva y hasta la delantera se notó a otro equipo, que seguramente hizo sonreír a su entrenador quien empieza a ver los frutos de su trabajo.
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