Sergio Ramos podría evidenciar uno de los principales problemas de Cruz Azul

Cruz Azul tiene un gran problema y no hablamos de la falta de gol de sus atacantes, tampoco de lo olvidado que tiene al talento joven mexicano o que Vicente Sánchez cree firmemente que su estilo de juego es el idóneo para la "Máquina".

Hablamos específicamente de la afición, que dejando de lado si está en contra o no de Vicente Sánchez, porque simplemente no va al Estadio Olímpico Universitario a ver a su equipo. Es el club de toda la Liga MX con peor registro de ingreso, aunque ese dato será un poco maquillado por el hecho de la visita de Sergio Ramos el fin de semana.

Cruz Azul y el Desencanto en CU: ¿Una Afición que se Aleja?

El rugido del Estadio Azteca, la mística del Estadio Azul, y ahora... el silencio en Ciudad Universitaria. Cruz Azul se enfrenta a un escenario desolador: el abandono de su afición. La mudanza al Estadio Olímpico Universitario, lejos de ser una solución temporal, se ha convertido en un símbolo de la desconexión entre el equipo y su gente.

Un Cambio que No Convenció

Desde que se anunció el traslado a CU, las dudas y el malestar se hicieron sentir. La afición celeste, acostumbrada a su casa en el sur de la ciudad, veía con recelo el cambio. El Olímpico Universitario, un estadio con historia, pero ajeno a la identidad cementera, no terminaba de convencer.

Un Estadio Ajeno, un Sentimiento Distante

El problema no es solo la ubicación. El ambiente en CU es diferente, distante. La afición de Pumas, dueña de casa, marca su territorio. Los espacios vacíos en las gradas, la falta de ese fervor celeste que antes llenaba los estadios, son un reflejo de la desilusión.

El Rendimiento: Un Factor Determinante

No podemos negar que el rendimiento del equipo ha sido un factor clave en este alejamiento. La irregularidad, la falta de un estilo de juego definido, y la sensación de que el equipo no transmite pasión, han desanimado a muchos. Los resultados no acompañan, y la paciencia se agota.

Un Sentimiento de Orfandad

La afición celeste se siente huérfana. Sin su estadio, sin su identidad, sin un equipo que los represente, muchos han optado por quedarse en casa a ver los encuentros. El sentimiento de pertenencia se ha diluido, y la ilusión de ver a la Máquina campeona se ha convertido en algo más inalcanzable que un sueño.